Intervista realizzata a Heikki Willstedt Mesa, Director de Políticas Energéticas y Cambio Climatico de AEE (Asociación Empresarial Eólica).
Intervista realizzata da Roberta Sciacca, consulente per la Spagna di Nonsoloambiente.it
El mundo de las energías renovables asiste a una evolución progresiva con resultados positivos para algunas fuentes y penalización para otras. En el contexto español en el que operáis y en el que representáis los intereses de vuestras empresas asociadas, ¿cuál es la tendencia de desarrollo? ¿Cuál podría ser el escenario dentro de dos años?
En este momento estamos en una época de incertidumbre. Es decir, por una parte tenemos unos objetivos a nivel europeo y también español de desarrollo de las energías renovables, y específicamente de la eólica, que son muy ambiciosos, pero hay varios factores que pueden generar dudas sobre lo que va a ocurrir. Uno de ellos en España es el tema del ‘permitting’, es decir obtener los permisos en tiempo y forma para poder construir las instalaciones. Es algo que desde AEE pedimos tanto al Ministerio aquí en Madrid, como a las Comunidades Autónomas, que también tienen competencia en este tema, que pongan más recursos para que se tramiten todos los proyectos lo más rápido posible, para poder poner en marcha todas las instalaciones que son necesarias. Primero porque habría que hacerlo según el Plan Nacional Energético, y luego porque actualmente todo lo que sea poner en marcha instalaciones de energías renovables significa reducir consumo de gas que, en este momento, es el gran problema en Europa.
En este sentido el objetivo anual según el Plan español era de instalar alrededor de 2200 MW al año, pero se ha ido retrasando por el tema del ‘permitting’, y el año pasado se instaló por debajo de 1 GW. Este año estaremos un poco mejor, pero vamos más lento de lo que sería necesario. Por otra parte, en cuanto a permisos, parece que este año habrá más proyectos aprobados, así que tendremos un aumento de la cantidad que se va a instalar a futuro y eso es positivo: hablamos de 2 o 3 GW al año hasta el 2025. La situación no es mala, pero al mismo tiempo hay incertidumbres por toda la situación internacional, también por el tema de las materias primas que se tienen que importar. En general somos moderadamente optimistas.
La expansión de las energías renovables implica la creación de una cadena de producción que involucra distintos agentes, inversores, promotores, operadores, y el mismo territorio. En su opinión, ¿cuáles son los puntos fuertes y débiles de esta cadena? ¿Qué medidas deberían adoptarse a nivel gubernamental autonómico u estatal para estimular de manera efectiva y eficiente el desarrollo del sector?
En España hemos tenido un desarrollo bastante rápido de la energía eólica en la década del 2000-2010, se instalaron 20 GW, y actualmente sigue siendo el segundo país europeo por potencia instalada, tiene una industria importante en el sector, así que podemos hablar de un círculo virtuoso: si hay una buena legislación, hay interés de las empresas por invertir, si hay interés por invertir se fabrican más aerogeneradores, y también un factor muy importante es la capacidad de financiar estos proyectos, y ahí entran los bancos. Si los bancos ven que hay empresas con interés para invertir y pueden confiar que la legislación sea estable a largo plazo y permita suficiente retorno para que el banco pueda recuperar su capital, entonces financian. Si financian los bancos funciona el círculo virtuoso y todos los años se puede incrementar la cantidad que se instala. Si no tenemos todos estos elementos, hay problemas. Uno de los problemas que hemos tenido últimamente son los cambios regulatorios que están introduciendo los gobiernos, no solo en España, sino también en otros países, que afectan a la estabilidad regulatoria. Eso es un problema, porque cuando los inversores perciben que hay un Gobierno que toma medidas de diferentes tipos y que pueden cambiar y por eso, afectar a los ingresos de sus proyectos, este riesgo regulatorio alto se acaba reflejando en su business case, porque necesitan más ingresos para pagar los seguros para cubrirse frente a ellos. Entonces, se van incrementando los costes de los proyectos creando un círculo vicioso: se empieza a pensar que no merece la pena invertir, se para la cadena industrial, y se entra en una espiral negativa. El precio de la electricidad tiene que ser accesible para que la sociedad y su economía pueda seguir funcionando, pero por otra parte también se tiene que seguir invirtiendo en renovables para que el precio de la electricidad vaya bajando, porque si se toman medidas que solamente bajan el precio para los consumidores, es como dar un paracetamol, se quita el síntoma, pero no se cura la enfermedad. Se tiene que fortalecer el proceso para que se hagan más energías renovables, con una buena legislación, y sobre todo que los inversores tengan visibilidad sobre lo que van a cobrar de aquí a 10-15 años. ¿Porqué? Porqué esta información determina la forma y los intereses de la financiación para la instalación. Si hay incertidumbre, el interés del préstamo sube lo que puede orientar al inversor hacia otros mercados con menos riesgo. Además, cada Comunidad Autónoma tiene también capacidad de influir en el despliegue de las renovables, y eso a veces genera falta de acción unitaria entre ellas y el Gobierno central.
Igualmente, el tema de la aceptación social es importante. Muchos proyectos tuvieron que empezar el proceso de tramitación al mismo tiempo, porque la legislación estableció que era necesario ir cumpliendo hitos en el desarrollo de la tramitación (‘permitting’), o de lo contrario habrían perdido el permiso de acceso a la red eléctrica. Y por eso, en un tiempo de 2 o 3 años se ha pasado de tener 40 GW en tramitación a 140 GW; el volumen se ha multiplicado por más de 3. En un tiempo bastante corto muchísimos proyectos han tenido que pasar por la Administración central o autonómica, y eso ha colapsado el sistema, aunque recientemente la situación ha ido mejorando al dedicarle las administraciones más recursos humanos. Al mismo tiempo, todos estos proyectos salieron en los medios de comunicación, así que la población en muchas zonas rurales se asustó, porque vio anunciado que alrededor de su pueblo se iban a instalar varios parques eólicos, plantas fotovoltaicas, etc. Esto generó en algunos lugares alarma entre la población. Desde AEE estamos trabajando para explicar que la legislación de evaluación de impacto ambiental no permite que se hagan todas estas instalaciones; hay proyectos que se están denegando, porque están en zonas donde ya hay instalaciones o que son muy sensibles medioambientalmente, y por tanto no se puede construir ahí. Muchas veces el ciudadano tiene miedo sin saber exactamente cómo funciona, porque no tiene toda la información. El sentido común exige que se escuchen y se den voz a todas las partes involucradas. Es necesario tener más confianza en el trabajo de la Administración: de hecho, en los últimos meses no se han dado los permisos a 4 o 5 parques eólicos porqué estaban en zonas en que hay muchas especies protegidas y afectaban al paisaje. Desafortunadamente, también hay intrusismo de algunos grupos que están especializados en crear alarma social con respecto a las energías renovables, y que van a los pueblos diciendo a la gente que estos proyectos no van a dejar ningún tipo de beneficio en el territorio, sólo van a destruir su modo de vida. Todo eso destruye el desarrollo de las renovables y crea rechazo entre la gente. Por eso es importante hacer una labor de pedagogía por parte de la Administración para explicar a la población que, estos proyectos son filtrados, es decir, no se van a aprobar todos y que, además, las instalaciones van a dejar importantes ingresos en las zonas rurales. Otra cosa es luego ver cómo los ayuntamientos gastan el dinero que reciben por las obras, los impuestos locales, el arrendamiento de las tierras comunales. ¿Cómo se benefician los ciudadanos que viven en estos pueblos? Si los ciudadanos ven que sólo se ponen instalaciones y no reciben beneficios, no les gustará, pero si ven que se ponen guarderías, residencias para ancianos, se mejoran las carreteras, se crean nuevas actividades, el acceso al wifi, etc,..entonces entenderán que las instalaciones le han traído algo positivo para su día a día.
El desarrollo de las energías renovables implica también el desarrollo de la tecnología. ¿Cómo ve el panorama de los conocimientos tecnológicos españoles en el sector?
España siempre ha estado a la vanguardia en Europa, junto con Alemania y Dinamarca fueron los Países pioneros en el desarrollo de la tecnología eólica, y por eso tiene más de 200 instalaciones de fábricas de componentes de la tecnología, y además tiene centros de investigación tecnológica en Navarra, País Vasco, Cataluña. En este sentido las empresas españolas han tenido siempre muchas patentes tecnológicas en el sector eólico y también hay otras que además trabajan en el sector eólico off-shore en el Mar del Norte y en el Báltico. La eólica marina hasta ahora no se ha desarrollado en España: pero ya hay un objetivo para el año 2030 de 3 GW sobre todo en las Islas Canarias, en Cataluña, Galicia y Andalucía.
AEE ha participado en la organización del 2º Wind Europe Annual Event 2022 en Bilbao en abril del 2022: puede darme un feedback del evento?
Estamos muy satisfechos del hecho que este evento se haya organizado en España. Antes estas ferias se concentraban en el Norte de Europa, Hamburgo, Copenhague, y parecía que se estaba olvidando la óptica mediterránea. Desde AEE conseguimos que se cambiase esa óptica y finalmente se celebró también en Bilbao, y los resultados han sido un éxito.
Según su opinión se alcanzará el objetivo de producir 50 GW de energía eólica dentro del 2030?
España está en 29 GW de momento; y, aunque es difícil instalar 21 GW en 8 años, al haber muchos proyectos que se están tramitando actualmente, es posible que alcancemos los 50 GW para 2030. Si Europa y el Gobierno español, y las administraciones autonómicas deciden que es necesario ir más rápido, se pueden tomar medidas para acelerar más. Políticamente es complicado porque tendría que conseguirse una unidad de acción de todos los actores implicados a través de un Pacto de Estado; sería inédito pero no imposible.
Una última consideración?
El mensaje que intentamos dar es que la cooperación entre todos los países europeos en este momento en el tema energético es fundamental. Es necesario dejar de lado las diferencias nacionales y ver los intereses comunes, trabajar juntos, tener la visión total para que no se disgregue la unidad de la acción de la Unión Europa, porque en esta crisis energética estamos todos en el mismo barco.
Heikki Willstedt Mesa
Heikki Willstedt Mesa, Director de Políticas Energéticas y Cambio Climático de AEE (Asociación Empresarial Eólica), que representa a más del 90% del sector eólico en España y promueve su crecimiento a través de la investigación, la comunicación y la contribución a la formulación del marco normativo. AEE ejerce la Presidencia de REOLTEC (Plataforma Tecnológica del Sector Eólico), es parte del Board de WindEurope y colabora con ICEX.
Source: www.nonsoloambiente.it