El 28 de mayo se celebra el Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres. Desde el Observatorio de Igualdad y Empleo queremos poner en evidencia cómo las condiciones laborales y la desigualdad laboral está estrictamente relacionada con la salud.
Situación de las mujeres en el mercado laboral
Examinando cada aspecto del mercado aparece un panorama desfavorable respecto a la situación de las mujeres. La temporalidad y parcialidad en los contratos es superior en el caso de las mujeres que en el de los hombres. Esto ocasiona que las mujeres, en mayor medida que los hombres, tengan un salario inferior, lo que les impide avanzar en su carrera profesional. Esta situación les hace más dependientes de sus parejas. La dependencia económica crea desigualdades sociales. Según la EPA (Encuesta de Población Activa) del cuarto trimestre de 2021, la diferencia entre hombres y mujeres con contratos temporales se ha multiplicado por 10; y hay más del triple de mujeres que hombres contratadas a tiempo parcial.
No es algo nuevo el hecho de que existan trabajos tradicionalmente feminizados y trabajos tradicionalmente masculinizados. Tanto es así que el factor ergonómico actúa como factor de riesgo. La mayoría de los espacios de trabajo, mobiliario, máquinas, equipos… se diseñan sólo para hombres. Así mismo, Los trabajos feminizados presentan mayor precariedad y los riesgos a los que están expuestas resultan invisibles. Esto se debe a la idea de que se trata de trabajos de escasa cualificación, sencillos y sin peligros en su realización.
Tras la crisis sanitaria, muchas mujeres han decidido dejar de trabajar o se han visto obligadas a hacerlo. Sin embargo, la maternidad es la causa por excelencia que lleva a las mujeres a dejar su trabajo, o incluso a no ser contratadas. Esto ocurría tanto antes de la crisis como actualmente. Las mujeres con la maternidad o la posibilidad de ser madres dejan de ser una buena inversión para los empresarios, debido a las previsibles ausencias. Y aunque en España los permisos de paternidad son superiores a la media europea (16 semanas), estamos lejos de cerrar la brecha con la contratación de mujeres.
¿De qué manera afecta todo esto en la salud de las mujeres?
Las consecuencias son diversas y se dan tanto a nivel físico como psicológico.
- El desempleo y la desigualdad generan dependencia económica lo que perjudica a las mujeres psicológicamente.
- El teletrabajo, puede llegar a resultar una medida correcta para la conciliación. Sin embargo, usado de manera desigual, no hace más que aumentar las desigualdades en las responsabilidades del hogar. Si solo es la mujer quien teletrabaja, se enfrentará a jornadas continuas de trabajo. No hay descanso entre el trabajo remunerado y el no remunerado. Esto genera mayor fática tanto física como mental, aumenta el aislamiento y crea mayor riesgo para las situaciones de violencia de género.
- La maternidad genera desigualdad de acceso y mantenimiento del puesto. A esto debemos sumarle los cambios biológicos y fisiológicos que se producen en las mujeres durante el embarazo y la lactancia, y que obligan a adaptar los criterios de valoración de los riesgos laborales.
- El tipo de trabajo a desempeñar también afecta a la salud de las mujeres.
- Un trabajo que implica una postura estática, siempre sentada, causa enfermedades y trastornos músculo-esqueléticos.
- Los trabajos con movimientos repetitivos y una alta concentración mental, sentados o de pie sin posibilidad de movilidad, se observan enfermedades y trastornos músculo-esqueléticos. El ritmo elevado, la falta de pausas de recuperación o la supervisión estricta, pueden generar tensión laboral y estrés, ambos relacionados con el dolor de espalda y lesiones de las extremidades superiores.
- En trabajos con sustancias químicas tóxicas (peluquería, limpieza, sanidad…) puede provocar daños en la mayoría de los aparatos y sistemas de nuestro organismo. Las enfermedades relacionadas con la exposición a agentes químicos, como la sensibilización química múltiple, el síndrome de fatiga crónica y la fibromialgia, están cada vez más a la orden del día.
Desde Fundación Mujeres creemos que es hora de analizar las condiciones de desigualdad laboral que afectan a la salud de las mujeres, y exigir políticas de vigilancia y protección. Según la VI Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo, las mujeres presentan molestias músculo-esqueléticas ligeramente más que los hombres (76,3% y 71,9%, respectivamente ). Son ellas también quienes presentan la mayoría de las lesiones que afectan hombros, cuello y miembros superiores (32,2% en mujeres y 24% en hombres). A más largo plazo pueden generar lesiones de síndrome del túnel carpiano, inflamación de las articulaciones, tendinitis, bursitis, epicondilitis, cervicalgias y lumbalgias. Todas ellas enfermedades relacionadas con ocupaciones desarrolladas por mujeres.
Podrás encontrar más información en La Razón: La Desigualdad Laboral de España, en cifras y Revista de Salud Laboral de ISTAS-CCOO: Teletrabajo con perspectiva de género y salud laboral
Este artículo forma parte de la campaña de activismo que se lleva a cabo con motivo del día 28 de mayo, Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres, en el marco del “Programa para Educar en Igualdad y Prevenir la Violencia de Género. Hacia un voluntariado por el Buen Trato” de Fundación Mujeres, con la financiación del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 a través de las Subvenciones del 0,7 a actividades de interés social.
Roberta Sciacca
Source: www.observatorioigualdadyempleo.es